CANTO A JESUS

Joaquín Trincado

Código de Amor Universal, Art. 18.- El canto a Jesús es de agradecimiento por su abnegación, no puede la humanidad de la Tierra olvidar sus hechos, que en la ley de amor no puede ser desconocida. No se puede cantar a Jesús tampoco sin recordar a Juan su precursor que le preparó el camino y al sufrir su martirio le entregó su viva herencia y el fruto de su trabajo. Más la historia de estos dos nombres encierra todo el progreso de la Tierra y la libertad del espíritu. El uno representa el Amor y el otro la fortaleza: pero Jesús asumió los cargos del cristo, por lo que sobre él pesó la maldad de los hombres por 20 siglos, hasta que el Anticristo lo pudo descargar por la justicia del Padre. Jesús es el camino y Juan la fortaleza para andarlo y en este emblema han de inspirarse los músicos y los poetas para cantarles los himnos en marchas de triunfo y agradecimiento a sus sacrificios. Sea la norma esta letra.

CANTO A JESUS
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Hundida la humanidad se encontraba,
Y corría veloz al precipicio,
Más la hora el reloj eterno marcaba,
Y Juan y Jesús se aprontan al sacrificio.

El final del quinto día señalaba
La lujuria, el error y el despotismo
De una religión que a Dios nombraba
Y sus sacerdotes se abrogaban
Descendencia y derechos divinos.

Es esclavo el hombre y la mujer su esclava
Y sólo el sacerdote impera en voluntad;
Se ciñe las coronas, los cetros y las bandas
Y se hacen poderosos siendo nulidad.
Las ciencias no mejoran, las artes se retrasan,
Y así la ley divina, envuelta está en las sombras.

¿Quién salvará a la Tierra
De tanta confusión?
¿Quién domará la fiera?
¿Quién sembrará el amor?
Sólo el que tiene fuerza;
Sólo el que tiene amor.

Antulio que habló antes
De amor y ciencia viva,
Entre los sabios pedantes
Que dominó la envidia
Y le dieron la cicuta…,
Hablado
¿Vendrá a ser el mesías
Del mundo, tierra abrupta?...

Y Elías el profeta
Que no arredró aquel pueblo
Teniéndolo sediento
Ni con su austero ejemplo
Ni con la fuerte tormenta
Hablado
¿Hará ahora la ofrenda
De ser el precursor?...

Él es la fortaleza:
Él vencerá a los grandes
Que sólo su entereza
Podrá dar la certeza
De hundir a los bestiales,
Aún en sus bacanales,
Dándoles su cabeza.

Antulio, del amor
Eva, la imagen viva
Y Elías el valor;
Los dos pronto vendrían
Y otros en compañía
Salieron de Sión.

Ya Juan va en descubierta;
Ya sale del desierto
Y ya su voz de trueno
Resuena en el averno
Y despierta al sentimiento
La humanidad sedienta;
Pero una vil sirvienta
De placer pudibundo
De un loco tremebundo
Alcanza su cabeza…

Y aquella lengua viva
Que bien llamó “Serpientes”
A aquellos delincuentes
Cayó por la cuchilla:
Pero dejó semilla
De frutos que son vida
Que han poblado el desierto

Porque su testamento
Lo recogió el Mesías
Jesús, que predicaba
Al pueblo laborioso
Y no se dio reposo
Pues vio que le esperaba
El mismo desenlace
Y en vez de amedrentarse
Más fuerte y claro hablaba
Y tres años más tarde
Al Gólgota llegaba,
Que así obra su sacerdocio.

Amor predicó Jesús
Y libertad redentora;
Y aún en su última hora
Desde la afrentosa cruz
Probó que era la luz
Y llamó a Helli que es el Padre
Ante su hermano y su madre
Y les perdonó el delito;
Mas se confirmó que el cristo
Es peligro y es la cruz.
Allí acababa Jesús
De apóstol su corta vida
Por la casta fratricida
Que siempre encubrió la luz,
¿Triunfará en esa matanza?
No, que el “grano de mostaza”
Lo sembraron profundo
Y en corazones fecundos
Y aunque 20 siglos tarde,
Cubrirá el monte y los valles
Y dará sabroso fruto.

Fuerte al sufrimiento fuiste
Como espíritu y como hombre
Y el ignominioso nombre
Te agobió y no eres cristo
Porque peligro es el cristo
Y tú salvaste a los hombres:
Mas el fango de ese nombre
Que enlodó tu hermosa luz,
En el cristo y en la cruz
Se lavó y al fin venciste.

La doctrina que traías
La que de Juan heredaste
Con tesón y amor sembraste
En el espíritu hambriento
De Justicia y libertad;
Y aunque “grano de mostaza”
Nadie rompió su coraza
Y germinó y frutos da
Que presentamos al Padre
Cumplidas las profecías,
Del contrato y testamento
De nuestro padre Abraham.

Hoy el mundo en la Comuna,
Ya no es el hombre en la cuna;
Y a una voz te confiesa
Vencedor en lucha fiera.
No te adora, te venera
Y con ti al fuerte Juan
Cumpliendo vuestro mandato;
Amándose como hermanos
Y sólo al Padre adoramos
En espíritu y verdad.

Esta es tu palma ¡Oh Jesús!
Esto es tu laurel ¡Oh Juan!
Y estas palmas y laureles
Son coronas de claveles,
Que os da la humanidad
En el día de la luz.

Cantad montes y collados:
¡Canta tú humanidad!...
Porque si hoy cantas libre,
Es por Jesús y por Juan.

Ciñámosles coronas
De flores y de aromas
Cantemos alegrías
Cantemos libertad
Al Padre que nos dieron
Porque decir no pudieron
Aún su nombre de Eloí.


Autor: Joaquín Trincado
Música y arreglo: José Luis Alcázar Herrera
Voz: José Luis Alcázar Herrera



Esta imágen aparece en
La Enciclopedia Naturista Mazdaznan, Serie N° 3.


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